Muchos de vosotros tenéis la sensación de que los dispositivos de imagen parecen haberse quedado
estancados en el actual estándar de alta definición
Full HD 1080p. Los monitores que superan estos
1920×1080 píxeles
son pocos y caros. Eso por no hablar de los televisores con definición
superior a FullHD, que son apenas un puñado de prototipos a precios
estratosféricos.
¿Hay vida más allá del FullHD? La respuesta es sí.
Existen varios estándares que vienen del cine y que superan ampliamente
la resolución de los televisores actuales. Incluso ya hay algunos
equipos domésticos, todos ellos carísimos, que son capaces de mostrar
este tipo de imágenes. A continuación os ofrecemos un repaso al mundo de
la
super-alta definición, de dónde viene, a dónde va y cuáles son los principales obstáculos para su implantación en un corto período de tiempo.
El formato que vino del cine
Básicamente, el formato 4K, que también es conocido (erróneamente) como
QuadHD,
viene del cine digital. En realidad, el séptimo arte lleva ya años
filmando algunas de sus producciones en este formato que después se
reescala a tamaños más pequeños para distribuirse. La
primera película que se rodó en formato 4K data nada menos que de 2005. Se trata de
‘Serenity’ de Joss Whedon,
el film de ciencia ficción que puso el broche final a la serie de TV
‘Firefly’. También es posible encontrar el formato 4K en algunas
remasterizaciones digitales de producciones clásicas.
Expresado en megapíxeles, el formato
4K o 2304p tiene exáctamente
4.096 × 2.160 píxeles, o sea, aproximádamente cuatro veces más densidad de píxeles que el 1080p actual.
2k es, como su propio nombre indica, la mitad (
2.048 × 1.080 píxeles) y es otro formato cinematográfico intermedio usado, a veces, en algunas producciones y asociado al 3D. Los cines
iMax, por ejemplo, emiten sus imágenes con dos proyectores gemelos en resolución 2K.
El 4K en equipos domésticos
En el mundo existen ya algunos equipos, contados con los dedos de
una mano, capaces de mostrar imágenes en formato 4K. Proyectores de
vídeo como el
JVC DLA-RS4000, receptores Audio / Vídeo como el
Onkyo TX-NR609, o televisores de super-gran formato como el
Sony Trimaster QuadHD LCD de 56 pulgadas son
compatibles con 4K, pero sus precios son tan desorbitados (El modelo de
JVC sale por unos 50.000 dólares) que quedan reservados al capricho de consumidores con muchos posibles y una casa grande.
Decíamos antes que el formato 4K también era conocido como QuadHD. En
realidad, ambos conceptos se refieren a resoluciones distintas. Algunos
fabricantes como Sony o Sapphire han presentado equipos cuya resolución
es ligeramente menor que 4K. Esta definición, bautizada como
QuadHD o 2160p, es de
3.840 × 2.160 píxeles.
Problemas técnicos del 4K
La razón detrás de este reescalado a la baja del 4K podría estar en algo tan sencillo como la
búsqueda de un soporte compatible. El formato 4K es
compatible con conexiones HDMI 1.4 pero, por el momento,
no cabe en un Blu-Ray, lo que limitaría mucho su desembarco en el mercado.
Comoquiera que existen muchas dudas sobre el Blu-Ray como formato de
vídeo mayoritario en el futuro, la solución podría estar en los
formatos digitales
alojados directamente en discos duros. El problema aquí es de
distribución. A falta de un formato físico con visos de implantación
mayoritaria, la manera más lógica de vender una película 4K sería
mediante distribución en
streaming.
De hecho,
Youtube soporta 4K desde julio de 2010,
pero el ancho de banda necesario para mover semejante calidad de imagen
no está precisamente al alcance de todo el mundo, y mucho menos en
España. Por otra parte, las videocámaras profesionales capaces de grabar
en 4K también son muy caras.
Red One fabrica un modelo cuya mecánica más asequible ya supera los 17.000 dólares.
Futuro a medio o largo plazo
Las opiniones acerca de cuándo veremos los primeros televisores en
formato 4K son muy dispares. Algunos afirman que aún tendrán que pasar
10 años para que sea un estándar generalizado. Otras fuentes más optimistas hablan de
2015 como el año en que veremos los primeros brotes de esta tecnología.
La respuesta, desgraciadamente, aún nos es esquiva y hay que
solucionar muchos problemas técnicos
relacionados con el formato, y la distribución. Eso por no mencionar
las grandes cadenas de televisión, que apenas están empezando ahora a
adaptar sus infraestructuras al 1080p. Los distribuidores digitales de
contenidos, como Netflix, lo tendrían más fácil, pero sólo si las
conexiones ADSL de alta velocidad comienzan a ser mayoritarias.