El CES de Las Vegas ha arrancado este año cargado de novedades, algunas
de ellas francamente interesantes. Tal es el caso del macro-televisor
LCD de ¡108 pulgadas!
que ha anunciado Sharp para el verano a un precio todavía por
confirmar... pero que mucho me temo que estará al alcance de muy pocos
bolsillos.

Más allá de la lucha entre compañías por tener la televisión más grande del mercado, este anuncio supone un fortalecimiento para la tecnología LCD y un duro golpe para los fabricantes de plasma, que siempre habían alardeado de ser capaces de ofrecer pantallas más grandes y que ahora ven cómo también pierden ese bastión en favor de la competencia, que mes a mes les ha ido robando clientes hasta dominar con soltura el mercado de los televisores planos.
Un último apunte. Como siempre sucede en estos casos, la inversión necesaria para diseñar una pantalla de estas características ha debido de ser altísima y el retorno en forma de ventas será a todas luces insuficiente para cubrir los costos derivados de su desarrollo. Pero si bien eso es cierto, la apuesta que ha efectuado Sharp le va a permitir concentrar la atención de los medios de comunicación a su alrededor durante unas horas, un tiempo precioso que aprovechará para anunciar otro tipo de productos más acorde con los gustos y las posibilidades económicas de los consumidores habituales.
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